Ver a un hijo/a sufrir por ansiedad es una de las experiencias más angustiantes para un padre. Esa “alarma” interna que todos tenemos para protegernos del peligro, en ellos, parece sonar demasiado fuerte y con demasiada frecuencia. Si bien la terapia es el espacio ideal para tratar la ansiedad, existen herramientas concretas que puedes aplicar en casa para ayudar a tu hijo/a a gestionar sus miedos y preocupaciones.
Tu Rol como “Puerto Seguro”
Antes de cualquier técnica, recuerda que tu principal herramienta es tu propia calma y conexión. Tu hijo/a necesita sentir que su ansiedad es comprendida y no minimizada. Frases como “no es para tanto” o “ya supéralo” invalidan su emoción. En cambio, un “veo que esto te asusta mucho, estoy aquí contigo” crea un espacio seguro.
4 Herramientas para Calmar la Ansiedad
- La Respiración del Volcán: Es un ejercicio simple y visual. Pídele que inhale profundo por la nariz mientras levanta los brazos (el volcán se llena de lava) y que luego exhale fuerte por la boca mientras baja los brazos (¡la lava explota!). Repetir 3-4 veces ayuda a regular el sistema nervioso.
- Crea una “Caja de la Calma”: Busquen juntos una caja de zapatos y llénenla con objetos que calmen sus cinco sentidos: una pelota antiestrés (tacto), una botellita con brillantina y agua (vista), un aceite esencial de lavanda (olfato), unos audífonos con música tranquila (oído) y un dulce que le guste (gusto). Es su kit de emergencia personal. Debemos explicarle primero cuándo y cómo se utilizará estará caja. Además, si son niños son pequeños, debemos acompañarlos para usar la Caja de la Calma, acompañar en este proceso de regulación.
- Ponle Nombre al “Monstruo de la Preocupación”: Ayúdale a externalizar la ansiedad, pueden conversar y preguntarles cómo se la imagina, de qué tamaño es, y dibujarla, dándole un nombre. Así, en lugar de decir “estoy ansioso”, puede decir “el Monstruo Preocupón me está molestando otra vez”. Esto le da una sensación de control sobre el sentimiento.
- Establece un “Rato para Preocuparse”: Designen 10 minutos al día (ej: después del colegio) para hablar de todas las preocupaciones. Cuando una preocupación aparezca en otro momento, pueden decirle: “Es una buena preocupación, la guardaremos para nuestro ‘rato de las preocupaciones'”. Esto ayuda a contener la ansiedad en un tiempo acotado.
Te recomiendo un libro hermoso que pueden leer juntos, aborda las preocupaciones, principalmente aquellas que aparecen justo a la hora de dormir. Ramon Preocupón, de Anthony Browne. Este cuento es sobre un niño que se llamaba Ramón y siempre está preocupado. Todo le provocaba ansiedad: las nubes, la lluvia, los zapatos. Una noche se quedó en casa de su abuelita a quien le confesó sus preocupaciones. Ella le dio la solución: unos muñequitos quitapesares, a los que debía contarles todas sus preocupaciones para que estas desaparecieran.
Esta historia ayuda a los niños a expresar lo que sienten de una manera no directa y por ende más libre y espontánea. Por eso, te propongo, que juntos construyan un muñeco Quitapesares, lo pueden utilizar todos los días antes de dormir, para ayudar a tu hija/o a verbalizar lo que le asusta y que eso se pueda quedar fuera de ella.
(Llamado a la acción final):
Si la ansiedad de tu hijo/a interfiere en su día a día, afectándolo en sus actividades cotidianas, es momento de actuar. Estas herramientas son un gran primer paso, pero si la ansiedad es persistente, la guía de un profesional es fundamental. [ Agenda una consulta online y encontremos la mejor estrategia ]