Los puzzles son entretenidos y educativos, ya que favorecen la observación y atención. Además, son una excelente oportunidad para sentarnos a jugar y acompañar a nuestros hij@s. Al menos, desde mi experiencia, ha resultado una excelente alternativa para divertirnos, y a veces, también me da tiempo para hacer otras actividades mientras ellos están concentrados en sus puzzles.
Esta nota pretende ser una guía para conocer los beneficios de esta actividad, los distintos tipos de puzles que existen y desde que edad se recomiendan.
Los Beneficios del Puzzle
- Permite el reconocimiento de formas, colores y dibujos
- Favorece la concentración.
- Ejercita la memoria
- Ayuda a trabajar y desarrollar la motricidad fina a través de la manipulación de las piezas y del agarre de pinza con los dedos.
- Potencia las habilidades espaciales y matemáticas.
- Aprenden a resolver problemas con estrategias y de forma estructurada, algo que se consigue mediante la clasificación repetitiva de las piezas.
- Se ejercita la perseverancia y la tolerancia a la frustración
- Se sienten orgullosos de sí mismo.
- Mantienen la mente activa y son una fuente de alegría.
Cuando los niños juegan con puzzles desde muy pequeños, entrenan la motricidad fina y las habilidades cognitivas. También mantiene la atención de los niños hasta el final, los ayuda a darse cuenta que se requiere de un esfuerzo sostenido para ver la totalidad, para ver un resultado. Favorece la capacidad de persistencia, paciencia y tolerancia. También estimula la capacidad colaborativa. Esta habilidad es algo que he podido ver en mis gemelos de 2 años. Cuando uno de los hermanos está muy concentrado buscando una parte especifica del puzzle, el otro hermano le dice: “ahí está” y se la pasa. En este sentido, favorece la ayuda mutua y vivir el sentimiento de éxito compartido cuando se finaliza. A su vez, es una manera para que aprendan a respetar turnos, cuando quieren hacer el mismo diseño deben esperar hasta que su hermano desee cambiárselo –esto no siempre está exento de conflictos, pero cada vez van aprendiendo más a respetar los turnos-.
Hay distintos tipos de puzzles, adaptados a cada etapa del desarrollo, de acuerdo al desarrollo de su percepción visual y motricidad fina. Podemos encontrar puzzles desde los 12 meses. Se diferencian por el material en el que están fabricados –madera, cartón-, por el diseño de las imágenes y por el grado de dificultad –en relación a la cantidad y tamaño de las piezas, el grado de detalle de la imagen-.
Es importante comprender que la motivación surge desde el niño, por lo tanto, no debemos obligarlos a jugar con ellos, hay que mostrárselos, permitirles explorarlos, que se familiaricen con ellos y mostrarles como funcionan y dejarlos a su alcance. De a poco, ellos se irán acercando y conociendo más, comprendiendo cómo funcionan; van aprendiendo en la medida que van probando las piezas en los lugares. En este sentido, los puzzles implican el uso de habilidades de razonamiento; debe analizar las figuras, su forma y su color, para luego comprobar si encajan según lo que ha observado. Luego, debe sacar conclusiones y si no ha funcionado pone a prueba otras estrategias.
Es importante que el rompecabeza sea un reto, pero que no sea demasiado complejo para frustrarlo. Es necesario que como padres, acompañemos a nuestros hijos y seamos pacientes con su aprendizaje.
A continuación, se describirá los distintos tipos de puzzles y la cantidad de piezas que pueden realizar los niños según su edad. Sin embargo, esto es sólo una guía, ya que hay que tener claro que esto dependerá del desarrollo de cada uno, de cómo va evolucionando en el mundo de los rompecabezas, por lo tanto, cada padre debería ir evaluando si es muy pronto para avanzar en la dificultad de esta actividad o si es posible continuar y agregar un nuevo desafío en el que los acompañemos.
Desde el año

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En general los puzzles son de madera.
La mejor forma de familiarizarlos con los rompecabezas son con los puzzles de agarre; son de piezas grandes y trae en cada figura un pequeño botón para que manos pequeñas puedan manipularlas fácilmente.
Los puzzles con marco de madera también son una buena alternativa, éstos tienen piezas grandes de madera para construir imágenes completas y coloridas.
Desde los 2 años
Acá encontramos puzzles de piezas grandes y de poca, se puede empezar a experimentar con puzzles de cartón. Dentro de estos, los puzzles progresivos, que incluyen varias escenas y van aumentando el número de piezas y el nivel de dificultad. Traen puzzles de 3, 6 y 9 piezas en el mismo rompecabezas, lo que les permite ir avanzando de a poco, de acuerdo a su ritmo. A medida que observamos que van logrando resolver cada puzzle, se puede ir entregando los de mayor complejidad, con más piezas.

También se puede empezar con puzzles de asociación, por ejemplo, animales y su hábitat, animales y su comida. Pueden utilizarse puzzles de letras y números, acá deben asociar las ilustraciones con el número que refleja; la cantidad correcta o la letra del abecedario. Muchos de éstos puzzles están en inglés, por lo que es una gran oportunidad para que los niños se diviertan y aprendan vocabulario básico en inglés.
Es posible encontrar, puzzles con sonidos; se debe colocar la pieza correspondiente en el espacio correcto, de acuerdo al sonido.
Desde los 3 años
Se puede empezar a ampliar el nivel de dificultad de los puzzles. Empiezan a realizar puzzles con más piezas, y éstas son de menor tamaño, también son de diferentes nivel, incluso en 3 dimensiones. Pueden realizar puzzles hasta de 24 piezas.
Desde los 4 años
Pueden desarrollar escenas complejas formadas por ilustraciones más realistas o fotografías. El tamaño de las piezas puede comenzar a reducirse, aunque aún serán de un tamaño algo mayor al normal.
Desde los 5 años
A esta edad, los niños ya pueden desarrollar puzzles con mayor cantidad de piezas. Si los niños están acostumbrados a armar puzzles, pueden incluirse puzzles desde 50 piezas y éstas son de menor tamaño.
No hay que olvidar que esta no es una actividad solo para realizar en solitario, sino que también podemos jugarla en familia, ya que nos permite pasar tiempo juntos y disfrutar, permitiendo estrechar nuestros vínculos.